La principal diferencia entre los dos sistemas consiste en que en la distribución en columnas, las tuberías que conectan los radiadores son verticales, es decir que van conectando los radiadores de la misma estancia en las diferentes viviendas de abajo a arriba, por lo tanto en un edificio habrá varias columnas verticales; en cambio en la instalación en anillo, las tuberías que conectan los radiadores de una misma vivienda son horizontales y se conectan a una sola montante vertical.

En una disposición por anillo existe un único punto de entrada del agua caliente que alimenta a los radiadores en la vivienda y una única tubería de salida. En ese punto de entrada y salida (normalmente a la entrada de la vivienda) se instala un contador de calefacción, que mide el flujo de agua y mide también la diferencia de temperaturas del agua a la entrada y a la salida. Por tanto mide la calefacción consumida en esa vivienda.

En una disposición por columnas, al haber varias tuberías cruzando de abajo a arriba la vivienda, no se pueden poner varios contadores de calefacción (sería muy caro) en cada tubería, por tanto se instalan los repartidores de costes de calefacción que miden mediante un algoritmo la calefacción consumida en cada radiador.

En el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios del año 1981 se establecía que a partir de su entrada en vigor todas las instalaciones de calefacción central serían en anillo.

Debido a la complejidad y antigüedad de las instalaciones es recomendable realizar un equilibrado hidráulico.

Si el edificio es posterior al año 1981, seguro que es anillo.